Por
Eli Quezada
“[…] si comienzo por el amor,
es porque el amor es para todos,
y por más que lo nieguen,
el amor es para todos la gran cosa de la vida.”
es porque el amor es para todos,
y por más que lo nieguen,
el amor es para todos la gran cosa de la vida.”
Jean
Allouch
Al comenzar a escribir sobre esta novela “Espera de penumbras en el viejo bar.”
[Editorial Santo Domingo, 1980] y que
gracias a su segunda edición 2016, la tenemos en nuestras manos, tengo una sonrisa dilatada de satisfacción que
deviene de ese placer fundamental que todo texto bien argumentado debe dejar. Y
mis palabras ideas se chocan como carritos juguetones en una gran feria
infantil.
Lo primero es que, con esta historia, el
experto narrador y novelista, Roberto Marcallé Abreu, reafirma su calidad, su mérito, y su bien
logrado eminente sitial en las letras dominicanas (Premio Nacional de
Literatura 2015) entre otros laureles. Es, definitivamente, como el ‘Rey Midas’
de la literatura dominicana: todo lo que toca (escribe) se vuelve oro puro.
La novela “Espera
de penumbras en el viejo bar” está matizada de dramáticas descripciones
hiperrealistas sin descartar un agudo soplo
poético. La prosa se viste del verso y este desnuda al narrador. Y en lo humano
ese aire existencial, fatalista y anárquico, que puede ser considerado un signo
general de ese lapso que recrea a la perfección el autor, y cito:
“(…) era una vida pobre y estúpida, sin mayor
sentido del que le daba la rutina, lo normal, lo evidente, lo fehaciente.”
pp.32
Como saben, mis queridos lectores, la novela
debe retratar una época como ningún otro género y es ahí que se definen los
proyectos narrativos. Y Marcallé posee
ese don mágico para plantear no sólo el
aspecto psicológico de sus personajes;
sino las situaciones latentes en la sociedad, por ejemplo, ese juego intertextual
con temas musicales ‘corta-venas’ que,
como metáfora, nos habla de la angustia y el desasosiego que experimenta su
protagonista –René-; pero igual
cualquiera de nosotros. Y, por otro lado la dejadez, la manipulación y el juego
amatorio que probablemente sea inconsciente en Irene, que se perfila como ‘chica
light’, otro aspecto socio-temporal del
periodo o tiempo espacial. Una época de cambios socio- político tanto en el
país como en la región, pero más que eso, de un despertar a libertades o
libertinajes que existían recónditos.
Y como segunda lectura ese aire imperante del
neobarroco deconstructor de recursos semánticos, nostalgias de ese
existencialismo o angustias a lo Kierkergaard, por no decir como el Gabriel de
Kafka, que sufre René, sin el recurso de metamorfosis física pero si en su
evolución sentimental. Esto sin abundar mucho sobre el discurso de Jacques Lacan
que el autor cita en labios del sufrido René cuando esboza su ‘dolor que no
cesa’… Porque, créanme, esta novela revela y retrata profundidades filosóficas
en ese juego dialéctico y manipulador que ocurre entre los
protagonistas.
Dada la riqueza de contenido de la novela podemos
abordar varias aristas; pero para mí, el discurso central lo define la
siguiente terna de vocablos: AMOR-PASION-ESPERA, en la disyunción René-Irene como personajes principales. Ovidio
dice en “las Cartas de las heroínas”* que "El amor es cosa llena de
angustias y de miedos", y justamente es el calvario que sufre nuestro
protagonista, René, en la espera agónica de su amada.
De modo que, la novela es un
juego de manipulación en el campo del amor o relaciones pasionales donde la aventura, la
novedad, y ese tira y hala, o –tequiero-
pero –notequiero- son mecanismos de
seducción y determinan la sal y permanencia o durabilidad de la relación con
obtención o no del sujeto deseado-a.
Aunque las feministas me maten, y siendo
objetiva con lo que leo, el autor recreó perfectamente esa maniobra femenina cuando
se trata de trastornar a su pretendiente; obviamente porque las razones de
ambos no se fundamentaban en el ‘amor’ platónico… pero si en el deseo por lo
prohibido. Irene lo manipuló todo el tiempo. Debo afirmar además que los hombres también
controlan y manipulan aunque este no fue el caso.
La segunda palabra o grupo que para mi cobra
mucho valor estético, casi como personaje o metonimia es PENUMBRA. Y con ella
como figura literaria podemos encontrar
innumerables ejemplos. Penumbra define la obsesión del protagonista. La
oscuridad mental, el desasosiego, la niebla, la oscuridad.
Otra connotación semántica de la obra es el
nombre del bar ‘GLORIA’ Y lo es porque
René pretendía una supuesta “felicidad” o más bien un renacer de su vida
atávica, recurrente y empobrecida desde adentro hacia afuera. Bar Gloria
pretende ser su ‘cielo’ pero se convierte en lo contrario… un infierno donde
encuentra angustia, desesperanza y martirio, mejor dicho, se convierte en un
calvario.
“(…) desde
la penumbra de la entrada al bar Gloria, bar de recuerdos, bar de tristezas,
bar de Eros y de Baco, bar de tu recuerdo, mujer…” pp.22
El autor nos cuenta
una anécdota o leyenda urbana
sobre un presidente, pero muchos
conocemos que se trata de Balaguer, no
como apología de la prostitución pero si como elemento ético o crítica social
obviamente a la doble moral de palacio. Al parecer la corrupción no se detenía
en la puerta de su despacho.
Lo que me impacta de Roberto, son sus
habilidades plásticas narrativas, dado todo lo demás. Coloca a sus lectores en
la piel de cada personaje y nos hace vivir la historia. En fin, esta historia no es más que una
reminiscencia de aquellos años, que los merengueros, o sus manejadores llaman en nuestro país, los ‘años dorados’, y
yo no digo que solo del merengue sino de la balada, de las costumbres, del buen
vivir; aunque, para aquellos que vivimos esas nostalgias, esa música disco o motown. Esos sinsabores y ese regustarse
en el dolor porque sí: la música, los tragos, los bares, discotecas, etc; como
si ser existencialista fuera una moda o boom de ese momento.
Un retrato de la sociedad minucioso y
exhaustivo. Coincido totalmente con el inquisitivo y versado
crítico literario Giovanny Di Pietro cuando dice sobre Roberto
Marcallé-Abreu:
“(…) Algún día, la obra de
Marcallé habrá que estudiarla a fondo como una preclara ilustración de todas la
facetas de una sociedad en franco descalabro.”
Eq/eq
*Las obras de Roberto
Marcallé Abreu incluyen: “Las dos muertes de José Inirio”, “Cinco
bailadores sobre la tumba caliente del licenciado”, “Las siempre insólitas
cartas del destino”, “El minúsculo infierno del Señor Lukas”, “Sábado de sol
después de las lluvias”, “Cinco bailadores sobre la tumba caliente del
licenciado” y “Espera de penumbras en el viejo bar”. También, “Esas oscuras
presencias de todos los días”, “Sobre aves negras cortes de media luna y
lágrimas de sangre”, “Contrariedades y tribulaciones en la mezquina existencia
del señor Manfredo Pemberton”, “En honor de mi muy querida Stella”, “La
manipulación de los espejos”, “Las calles enemigas” y “Bruma de gente inhóspita”,
entre otros.
Nota bibliográfica.
J. Lacan, seminario Los escritos técnicos de
Freud (1953–1954). Trad. de Juan Granica, Rithee Cevasco y Vicente Mira
Pascual. Barcelona, Paidós, 1981, sesión del 17 de marzo de 1954, p. 173.
Ovidio, Cartas
de las heroínas. Trad. de Ana Pérez Vega. Madrid, Gredos, 1994, p. 28.
Eli Quezada, Estudio Filosofía
y Letras, Es autora de “Amores rotos, textos de amor y desamor” [Alternativa
Editorial, España, 2004] Premio Milena de
Cartas de amor, España 2003. Antología Internacional Sensibilidades
[Alternativa Editorial, España, 2003-2005] Diez Cuentos bailando la
escala en prosa,[Amazon,USA, 2011]Novela coreada:
BaladadeMujeresVerticales,con
JulieDeGrandy y Sonia Fides.[Amazon, 2014]entre otros.
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